La madre: Luisa de Guzmán
En la mencionada Vita de Hernán Núñez redactada por Andrés Escoto se describe al humanista como “oriundo de la ilustrísima famila de los guzmanes”, sin más especificaciones. El apellido Guzmán le venía por parte de la madre, Luisa de Guzmán. Es notable el poco aprecio que los hijos hicieron del apellido paterno. No he conseguido saber a qué familia Guzmán en concreto pertenecía Luisa de Guzmán, pero con seguridad tenía un cierto grado de nobleza. Alonso de Palencia en sus Anales de la Guerra de Granada se limita a calificarla como “hermosa, noble y virtuosa señora”.[7]
En 1506 se vio obligada a reclamar ante la Inquisición cordobesa las rentas sobre el aceite que pertenecían a su marido y que le habían sido embargadas. Para su reclamación contó en todo momento con el apoyo del rey Fernando el Católico.[8]
El padre: Ruy López de Toledo
Se desconoce su origen familiar, aunque Andrés Escoto lo califica como “padre nobilísimo”. Las primeras noticias sobre él lo sitúan en 1477 con un cargo económico-administrativo secundario en la corte castellana.[9] Protegido por el tesorero Fernán Núñez, ocupó el puesto de “contador” en 1479. Más adelante fue tesorero y perteneció al grupo de personas más influyente y cercano a los reyes. El perspicaz Alonso de Palencia[10] (en la traducción de Paz y Meliá) se refiere a él como “encargado a la sazón de muchos negocios, principalmente de la tesorería. Este, obtenida por suerte la Orden de la caballería y casado con doña Luisa de Guzmán, hermosa, noble y virtuosa señora, estaba ansioso de encumbrarse, y como era conocida su condición de advenedizo, se esforzaba por imitar las hazañas de los guerreros”. Lo cierto es que durante las campañas de la guerra granadina participó activamente en varias acciones bélicas, por lo que aparece con frecuencia mencionado en las crónicas. Reproduciré en resumen uno de los hechos que lo hicieron famoso en 1487 durante el asedio a Málaga:
Un moro que se llamaba Abrahen Algerbí natural de la ciudad de Guerba que es en el reino de Túnez […] concibió en su ánimo de se disponer a la muerte por matar al rey y a la reina […] Los cristianos fallaron aquel moro e lleváronlo preso al marqués de Cádiz. E preguntándole algunas cosas, le respondió que era moro santo e que sabía las cosas que habían de acontecer en aquel cerco, porque Dios se las había revelado. Preguntóle el marqués si sabía cuándo y cómo se había de tomar aquella ciudad, y respondió que bien sabía cómo y hasta cuánto tiempo se tomaría, pero que Dios le mandó que no lo dijese a otra persona salvo al rey y a la reina en su secreto […] Y los que lo traían metiéronle en una tienda cercana a la tienda del rey, donde posaba doña Beatriz de Bobadilla, marquesa de Moya, y otra dueña que se decía doña Felipa, mujer de un caballero que se llamaba don Álvaro de Portugal, hijo del duque de Berganza, con las cuales a la hora estaba aquel don Álvaro. El moro, como no sabía la lengua, creyó según el aparato y vestiduras que vido a don Álvaro y a la marquesa, que aquellos serían el rey y la reina: y poniendo en obra su propósito, sacó aquel terciado e dio a aquel caballero don Álvaro una gran cuchillada en la cabeza, de la cual llegó a punto de muerte, y tiró otra cuchillada a la marquesa por la matar y con la turbación que hubo no le acertó, y diérales otros golpes, salvo que un tesorero de la reina, que se llamaba Ruy López de Toledo, que estaba a la hora hablando con la marquesa, tuvo esfuerzo para socorrer aquel peligro y se abrazó con el moro y le tuvo tan fuerte los brazos, que no pudo hacer más tiros y luego fue hecho pedazos de la gente que le rodeaban.[11]
Su participación en hechos de guerra hace comentar a Jerónimo Zurita
…que de hombre de negocios y de hacienda se había hecho soldado y capitán: y alguna vez le vieron los del ejército pelear tan denodada y valientemente, que solía decir el Cardenal de España a la reina que tenía en aquel su real otro Judas Macabeo.[12]
El comentario del cardenal, por demás elogioso, alude irónicamente a la condición de judío converso de Ruy López, que le acarrearía problemas con la Inquisición de Córdoba años después, como ya he reseñado. Sin duda, esa es la razón por la que los hijos varones evitarán casi siempre el apellido del padre y preferirán el Guzmán de la madre. Los apellidos de las hijas son más difíciles de explicar.
Una vez finalizada la guerra granadina, Ruy López formó parte del consejo de la ciudad y fue nombrado alcaide de la fortaleza de Bentomiz o Abentomir, en la actual provincia de Málaga.
El hermano mayor: Hernán Núñez de Toledo y de Guzmán, El Comendador griego
Junto con Antonio de Nebrija (1441-1522), del que fue discípulo, es el humanista español más importante de la primera mitad del siglo XVI. No es necesario extenderse aquí en su biografía, porque Internet suministra abundante información, comenzando por el artículo de la Wikipedia. Nació en 1475 en Valladolid, por lo que con frecuencia se firmó o fue llamado Pinciano, creando alguna confusión con otro escritor posterior que también gustaba de llamarse así. Su nombre quizá se deba a haber sido apadrinado por el tesorero de Enrique IV, Fernán Núñez, protector de su padre, Ruy López. Durante su vida usó los apellidos paterno y materno, además de los apodos por los que fue conocido. Recibió una buena educación y a los quince años Fernando el Católico le concedió el título de caballero o comendador de la Orden de Santiago. Entre 1490 y 1498 residió en Bolonia, donde se impregnó de la cultura humanística. Su conocimiento de las lenguas clásicas, además del hebreo y el árabe, le valió el sobrenombre de Comendador griego. De vuelta a España, residió en Granada, donde estaba su familia, trabajando como preceptor al servicio del conde de Tendilla, gran protector de la cultura, que también había residido en Italia como embajador. Ocupó las cátedras de Retórica y de Griego en la recién fundada Universidad Complutense, pero tuvo que abandonarla por problemas derivados de la guerra de las Comunidades. En 1523 sucedió a Nebrija como catedrático de Griego de la Universidad de Salamanca, en la que también enseñó Retórica y Hebreo. Murió en esa ciudad en 1553. Tuvo en gran aprecio la lengua romance, en la que publicó varias obras, sobre todo los Refranes de la lengua castellana (Salamanca, 1555), que es la mejor recopilación de este género en el siglo XVI.
Fue hombre de personalidad muy particular, no exento de rarezas, como que nunca cenó y en sus ochenta años de vida jamás recurrió ni hizo caso a los médicos. Nicolás Antonio lo describe así (en traducción de Juan Ortega Rubio): “Fue célibe, casto, cortés, festivo en el decir, pero sin malicia y acérrimo reprensor de los vicios. En las conversaciones familiares usaba con gran oportunidad de los refranes castellanos, que había coleccionado cuando avanzó la edad como honesto recreo de estudios más profundos, por lo cual todos los que gustaban del trato y ameno estudio concurrían a porfía a su casa”.[13]
Se añaden como apéndice unos breves textos de Hernán Núñez sobre la música -con bastantes alusiones a la vihuela- extraídos de su comentario al Laberinto de Fortuna, de Juan de Mena, publicado en 1505.
Dos hermanas: María de Ávalos y Bernardina de Silva
En la iglesia de Santo Domingo, de Granada, existe una lápida que dice:
AQUÍ YAZEN LAS DEVOTAS Y RELIGIOSAS SEÑORAS DOÑA MARÍA DE ÁVALOS Y DOÑA BERNARDINA DE SILVA, DONZELLAS HIJAS DE RUI LÓPEZ DE TOLEDO, TESORERO DE LOS REYES CATÓLICOS, LAS QUALES DEJARON A ESTA CASA ESTA SANTÍSIMA IMAJEN DE NUESTRA SEÑORA DE ESPERANÇA Y FUNDARON Y DOTARON ESTA CAPILLA EN QUE SU IMAGEN FUESE PUESTA. AÑO 1558. REEDIFICOSE AÑO 1598.
Está muy claro, pues: Ruy López, padre de Luis de Guzmán, tuvo dos hijas llamadas María de Ávalos y Bernardina de Silva, que murieron solteras. ¿Eran hijas también de Luisa de Guzmán? ¿A qué se debe el drástico cambio de apellidos? Difícil saberlo.
Dos hermanos: Juan y Pedro de Guzmán
En la Vita de Hernán Núñez citada al principio se menciona a un hermano suyo llamado Juan, “excelente en las matemáticas”. ¿Juan de Toledo, Juan de Guzmán?
Por otra parte, Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista del emperador, en una Relación de lo sucedido en la prisión del rey de Francia, desde que fue traido en España, por todo el tiempo que estuvo en ella, hasta que el emperador le dio libertad…[14] cuenta lo siguiente:
Desde el mes de diciembre del año de 1523 […] hasta el año de 1526 […] yo residí en la corte de S. M. […] pero todavía deseando entender bien […] las otras cosas que por causa de mis viajes e ausencias no habían venido a mi noticia, quiso Dios que topé en Castilla algunos caballeros, que habían discurrido por Italia, y que eran amigos e conocidos de antes, en especial Pedro de Guzmán, hijo del tesorero Ruy López y hermano del docto varón el maestro Hernán Núñez, caballero de la orden militar de Sanctiago…
Hace tiempo indagué en la posibilidad de identificar a este Pedro de Guzmán con un poeta del entorno sevillano, del que aparecen copiadas unas pocas obras en varios cancioneros. Jerónimo de Urrea, Luis Zapata, Juan de la Cueva y Juan de Mal Lara le dedican sendos elogios. Puede que este poeta sea el mismo Pedro de Guzmán al que, según Prudencio de Sandoval, “llamaban Pedro de Noche, por las canciones que componía y solía cantar en tinieblas dulcemente”. De cualquier forma, aunque las fechas lo harían posible, no se trata de la persona que buscamos aquí, porque, según Gonzalo Argote de Molina (Principio y sucesión de la real casa de los Manueles[3]), “Pedro de Guzmán que llamaron don Pedro de noche, por la dulzura de su garganta y suavidad de su música, que tuvo sobre todos los que entonces había en Castilla, la cual solamente de noche ejercitaba. Fue hijo de don Pero Núñez de Guzmán, alguazil mayor de Sevilla, descendiente de la casa de Orgaz”.
Con este último hermano, que también adoptó el apelllido materno, se completa el sucinto cuadro familiar del vihuelista Luis de Guzmán.
Conclusión mínima
Luis de Guzmán pertenecía a una familia noble, bien relacionada en la corte, aunque con el problema de tener el padre sangre judía. Los hijos recibieron una buena educación y algunos viajaron a Italia. La familia se estableció en Granada a partir de 1492, pero eso no significa que todos los hijos (6 en total) nacieran allí. De hecho, el mayor nació en Valladolid en 1575. No sabemos el lugar que ocupaba Luis de Guzmán entre los hermanos.
[7] El original manuscrito está en latín, Annales belli Granatensis, pero la única edición consultable es la traducida por Antonio Paz y Meliá, Guerra de Granada, Madrid, Revista de Archivos, 1909, reeditada por la Universidad de Granada, 1998, p. 265.
[8] “Salamanca, 7 de enero de 1506. El rey al arzobispo Diego de Deza: que desembargue todos los bienes del tesorero Ruy López, a fin de que su mujer, Dª Luisa de Guzmán, pueda mantener las fortalezas de que era alcaide su marido… Este otro día vos escreví rogándovos que fiziésedes desenbargar a Doña Luisa de Guzmán, muger del thesorero Ruy López, la renta que tiene su marido, porque toviese con qué sostener a ella e a su casa e dar recabdo en las fortalezas que están a su cargo del dicho su marido; e diz que solamente le habéis mandado desenbargar un ducado cadaldía.”
“Toro, 21 de febrero de 1506. El Consejo de la General Inquisición de los inquisidores de Córdoba y Jaén: que den en depósito a Doña Luisa de Guzmán todas las propiedades de su marido el tesorero Ruy López, para los efectos reseñados en la cédula regia del 7 de enero de 1506. Aneja al requerimiento hecho por Juan Saravia a Juan Sánchez de la Tesorería y a Rodrigo de Córdoba Gallaque el 13 de mayo de 1506.”
“Salamanca, estando en ella el rey Don Fernando, nuestro señor, el 2 de marzo de 1506. Señores Juan Sánchez de la Thesorería e Rodrigo de Córdoba Gallaque. Yo, Juan Saravia, en nombre e como procurador que soy de Doña Luisa de Guzmán, mi señora, muger del thesorero Ruy López, os digo que sabéis que vosotros, señores, habéis resçebido de la fieldad e medidas del azeite d’esta dicha ciudad, qu’es del dicho thesorero.”
Vid. Juan Gil: Los conversos y la Inquisición sevillana. Sevilla, Universidad de Sevilla, 2003, pp. 317 y ss.
[9] Para completar datos sobre Ruy López véase Helen Nader: “The Greek Comander Hernán Núñez de Toledo, Spanish Humanist and Civic Leader”, Renaissance Quarterly, Vol. 31, No. 4 (Winter, 1978), pp. 463-485.
[10] Alonso de Palencia: Guerra de Granada, trad. de D. A. Paz y Meliá, Madrid, Revista de Archivos, 1909, reeditada por la Universidad de Granada, 1998, p. 265.
[11] Hernando del Pulgar: Crónica de los Señores Reyes Católicos Don Fernando y Doña Isabel de Castilla y de Aragón. Valencia, Benito Monfort, 1780, pp. 314-315.
[12] Jerónimo Zurita: Los cinco libros postreros de la segunda parte de los Anales de la Corona de Aragón. Zaragoza, Juan de Lanaja, 1610, Tomo IV.
[13] Nicolás Antonio: Bibliotheca hispana nova. Madrid, Ibarra, 1788, T I, p. 382
[14] Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España, eds. Srs. Marqueses de Pidal y D. Miguel Salvá. Madrid, Viuda de Calero, 1861, Tomo XXXVIII, p. 463.
[15] Véase D. Juan Manuel: El libro de Patronio o El Conde Lucanor. Barcelona, Juan Oliveres, 1853, p. 183.