Veterodoxia – Pepe Rey

El Zarambeque de Pedrell

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Una loa carnavalesca

El Carnaval de 1655 cayó en fecha muy temprana. En Madrid coincidió -suele ocurrir- con unos días de frío extremo. A este propósito Jerónimo de Barrionuevo comentó en sus Avisos:  “Hace tanto frío, que no sé cómo me escribo.” Una vez pasados los festejos carnavaleros, el mismo miércoles de ceniza el cronista hizo una breve reseña de lo acontecido en los días pasados, añadiendo sus habituales comentarios críticos:

 “Sábado y domingo [6 y 7 de febrero] representaron al Rey dos comedias de D. Antonio de Solís, criado del [conde] de Oropesa. Hízole merced de Oficial segundo de Estado y título de Secretario suyo, que en esta era se premian solo los gracejos. Lunes y martes le hicieron otras dos, de Calderón la una y la última de chanzas, de diversos ingenios. En esto se pasa el tiempo por acá.”

La comedia representada el domingo de Carnaval se titulaba Las Amazonas. (Por cierto, fue una obra con interesantes consecuencias musicales posteriores. Véase el artículo de  Andrea Garavaglia and Katherine Kamal: «Amazons from Madrid to Vienna, by way of Italy: The circulation of a spanish text and the definition of an imaginary». Early Music History, 31, 2012, pp 189-233).  Como era obligado en las costumbres escénicas de la época, la comedia fue precedida por una loa que se imprimió años más tarde dentro de un volumen de obras en verso de Antonio de Solís: Varias Poesías sagradas y profanas (Madrid, Antonio Román, 1692). Siguiendo las normas del género, la loa es muy breve y finaliza con el baile de un Zarambeque. No estará de más leerla para poder situar en su contexto el momento del baile:

 Solis,Antonio_1692_Poesias_p173_+  Solis,Antonio_1692_Poesias_p174_+  Solis,Antonio_1692_Poesias_p175_++  Solis,Antonio_1692_Poesias_p176_++

El contenido de la breve loa no deja de tener su punto surrealista: en realidad critica la presencia de una loa el domingo de Carnaval, porque las loas tenían su lugar propio junto a los autos sacramentales del “otro jueves”, o sea, del Corpus Christi. Las danzas típicas del Corpus se ejecutaban con cascabeles, que los danzantes se colocaban en las piernas o cosidos a la ropa: por eso el texto cantado dice «váyanse las Loas con los cascabeles». Los personajes que encarnan a los Entremeses y los Bailes –géneros teatrales más propios del Carnaval– irrumpen en la escena para ocupar el espacio que les pertenece bailando un Zarambeque. La onomatopeya de su estribillo teque, teque, teque, quizás sea imitación del sonido de las castañetas.

Raab,Heinrich_c1660_Danzantes-de-cascabel

La música del Zarambeque

Dos siglos más tarde Felipe Pedrell publicó su importante recopilación musical titulada Teatro lírico español anterior al siglo XIX (La Coruña, Canuto Berea, 1897). En el tomo 4, p. 20, Pedrell presenta El Zarambeque “de autor desconocido” para voz y acompañamiento. Por el subtítulo deducimos que es el mismo zarambeque mencionado aquí: “Cantado y bailado en la Loa de la comedia Las Amazonas”.

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Previamente, en la p. XXI el editor incluyó un comentario bastante escueto, que trasluce un completo despiste sobre la obra teatral a que pertenece El Zarambeque. Tampoco se declara la fuente de la que procede la música, por lo que el lector habrá de suponer que sigue siendo válida la explicación que el autor daba anteriormente en el tomo III, p. XXX: “Noticia de los manuscritos de donde proceden las composiciones de este volumen y el siguiente”. Allí afirmaba lo siguiente:

“Todas las composiciones publicadas en este volumen y las que publicaré en el siguiente proceden de tres libros manuscritos que pertenecieron a Barbieri y de un legajo que Gallardo (Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos, tomo II, apéndice, pag. 74) calificó de tonadillas.”

Francisco Asenjo Barbieri había muerto el 3 de febrero de 1894 y su importantísima colección de libros, partituras y papeles acababa de pasar a la Biblioteca Nacional, donde Pedrell pudo disponer de ellos libremente. A continuación Pedrell pasa a describir las mencionadas cuatro fuentes. Resumo su descripción y la actualizo con datos posteriores:

Libro manuscrito de música […] que perteneció a la Biblioteca de D. Pascual Gayangos y este regaló a Barbieri. Durante bastante tiempo después de que Pedrell lo mencionara, se creyó que este manuscrito se había perdido, porque no aparecía en la sección de Música de la BNE. Resultó que había sido catalogado en la sección de Manuscritos y por tal motivo nadie daba con él. Por eso no figura en el Catálogo musical publicado por H. Anglés y J. Subirá en 1946. Pero finalmente fue localizado con la signatura  mss. 13.622 por Carmelo Caballero, que publicó un amplio y detallado artículo -que incluye los íncipits musicales- con el listado completo de las obras contenidas en él: “El manuscrito Gayangos-Barbieri”, Revista de Musicología, vol. XII, nº 1, enero-julio 1989, p. 203 y ss. Una vez repasado cuidadosamente el índice  que publica Carmelo Caballero, se comprueba que en este manuscrito no figura El Zarambeque que andamos persiguiendo.

Libro de tonos humanos […] hecho en Madrid a 3 de Septiembre de 1655 por Diego P. Barro, capón. Se conserva también en la BN de Madrid con la signatura M. 3881 y fue descrito por Higinio Anglés y José Subirá en el ítem 138 de su Catálogo musical de la Biblioteca Nacional de Madrid. (Barcelona, CSIC, 1946), vol. I, pp. 280-290. Fiándonos de esta descripción catalográfica, comprobamos que tampoco en esta colección se encuentra El Zarambeque de marras.

Libro manuscrito regalado a Barbieri por el Sr. D. Francisco Uhagón. Se trata de la colección de tonos para canto y guitarra de José Marín, que (no se sabe muy bien cómo) se desgajó del resto del legado Barbieri y actualmente se guarda en los fondos del Fitzwilliam Museum, de Cambridge, con la signatura MU. 4-1958 (32-F-42). Fue publicado por Alicia Lázaro en 1986 y por Gerardo Arriaga en 2006 (tesis doctoral en la UCM). El contenido de esta colección es para canto con la guitarra acompañante escrita en cifra, por lo que, obviamente, en sus páginas no se encuentra nuestro zarambeque.

 (4º) Legajo que Gallardo calificó de tonadillas. Se guarda actualmente en la BN de Madrid con la signatura M. 3880. Fue descrito por Anglés y Subirá como número 137 de su mencionado Catálogo, pp. 274-280. Según esa descripción, no figura en él ningún zarambeque.

 ¿Y entonces? El resultado de la búsqueda es desconcertante, porque Pedrell afirma que esas cuatro han sido sus únicas fuentes para los tomos III y IV del Teatro lírico. Claro que el caso de El Zarambeque no es el único, porque justo en la página siguiente Pedrell publica El villano, al que le ocurre algo muy parecido: su música tampoco se encuentra en ninguno de los cuatro manuscritos mencionados por el bueno de don Felipe. Menos mal que esta pieza es muy conocida y ha sido publicada modernamente en más de una ocasión. Está en el cuerpo de la ensalada Hoy, Gil, en concejo abierto, copiada en la colección manuscrita llamada Romances y letras a tres voces (BN de Madrid, signaturas M. 1370, M. 1371 y M. 1372). Por el contrario, el buscado Zarambeque tampoco está en esta colección. Finalmente, lo diré ya, no está en ningún otro manuscrito de la BN, que parece haber sido el filón explotado por Pedrell  para su Teatro lírico.

El trabajo de Pedrell ha sido revisado posteriormente en dos artículos: Antonio Martín Moreno, “Felip Pedrell y el descubrimiento del teatro barroco español” (1991) y Aurèlia Pessarrodona Pérez, “La música teatral espanyola del segle XVII segons Felip Pedrell en el Teatro lírico español anterior al siglo XIX (2007). En ninguno de estos dos estudios se menciona ni de pasada la posibilidad de que Pedrell manejase otras fuentes distintas de las cuatro mencionadas en el tomo III. Claro que tampoco parece que los autores hayan efectuado un cotejo detallado de la edición de Pedrell con las fuentes que declara. Aurèlia Pessarrodona anota que Pedrell volvió a publicar El Zarambeque en un trabajo posterior: “L’Eglogue La forêt sans amour de Lope de Vega, et la musique et les musiciens du théâtre de Calderon”, Sammelbände der Internationalen Musikgesellschaft, 11 Jahrg. H. 1. (Oct-Dec. 1909), pp. 55-104. Así es en efecto, pero tampoco en esta oportunidad Pedrell quiso ser más explícito respecto a su fuente: en la p. 64 indica que incluye algunos ejemplos «sans entrer dans le détail d’indications techniques spéciales». Por lo demás, A. Pessarrodona no parece haber dedicado atención particular a la procedencia de la composición ni haberse extrañado de que no aparezca en ninguna de las fuentes citadas por Pedrell.

La consulta de obras generales, diccionarios, historias de la música, de la danza o del teatro musical, etc. posteriores a la publicación pedrelliana da resultados igualmente negativos. Finalmente, como trabajo más actualizado al respecto, hay que mencionar la tesis de Licenciatura en Etnomusicología (Escuela Nacional de Música, Universidad Autónoma de México, 2011) de Erika Salas Cassy, ¡Teque, teque, lindo Zarambeque! El zarambeque como fenómeno de Transculturación en la Península Ibérica y la América ibera. Entre los zarambeques musicales la autora cita, como cabía esperar, el publicado por Pedrell, pero no añade nada sobre la procedencia del mismo. Diré más: ha sido precisamente una pregunta de Erika efectuada a través de la página de Veterodoxia en Facebook la que me ha movido a llevar a cabo las comprobaciones que acabo de reseñar.

Pero abandonemos por un momento la indagación en este punto -aparentemente muerto- para escuchar una versión grabada de la breve pieza:

El Zarambeque

Capilla Musical del SEMA (En Folía, Hispavox, 1983)

Callot_baile-circular

La fuente de Pedrell

Dicen que cuando una puerta se cierra, otra se abre. En este caso fue el propio don Felipe quien señaló la fuente de la que había tomado el Zarambeque. Lo hizo tres años antes de publicar su Teatro Lírico, en la voz ‘zarambeque’ del Diccionario Técnico de la Música (Barcelona, Isidro Torres, 1894, p. 516):

Tañido y danza muy alegre y bulliciosa, la cual es frecuente entre los negros. Mariano Soriano Fuertes reproduce en su Historia de la Música Española (Música del tomo III) un Zarambeque cantado y bailado en la Loa de la Comedia Las Amazonas, estrenada en Madrid el 7 de Febrero de 1655.

 Si tenemos en cuenta que la primera frase está tomada letra a letra del Diccionario de Autoridades y el resto es cita de Soriano, da la impresión de que el redactor de la voz no se ha molestado demasiado en su elaboración. De cualquier modo, aquí declara Pedrell la procedencia de la música del, al parecer, único zarambeque que conocía. Seguimos de inmediato su indicación y, efectivamente, en el lugar señalado de la Historia de Soriano Fuertes encontramos la música de El Zaranbeque:

“Número 7. EL ZARANBEQUE. Cantado y bailado en la Loa de la comedia Las Amazonas, estrenada en Madrid en 7 de Febrero de 1655.”

Soriano-Fuertes_vol-3_numero-7_El-Zaranbeque_a

Bajo la escritura musical Soriano Fuertes anota:

Este Zaranbeque se halla en una colección de bailes antiguos que conservamos del P. Falguera Organista que fue del convento de Gerónimos de la ciudad de Murcia, la cual hizo para probar la afinidad de dichos bailes con el Aguinaldo que de muy remotos tiempos se canta en dicha ciudad.

 El monje jerónimo José Falguera de Montserrate (1778-1824) fue organista en los monasterios de El Escorial y de San Pedro de la Ñora (Murcia). Según Alfonso de Vicente en su reciente tesis doctoral sobre la música en la orden jerónima (Universidad Complutense, 2010) se conservan composiciones suyas en la catedral de Orihuela, el monasterio de Guadalupe y el archivo del Palacio Real, de Madrid. Sin embargo, la “colección de bailes antiguos” que perteneció a Soriano Fuertes y que sirvió a este de fuente de información sobre el Zarambeque no ha vuelto a ser mencionada posteriormente. Saldoni y Barbieri fueron los albaceas testamentarios de Soriano. Esperemos que el interesante cuaderno se conserve todavía en alguna biblioteca, pero de momento las búsquedas y consultas no han conseguido localizarlo.

En fin, ya tenemos la fuente de la que bebió Pedrell, pero, oh sorpresa, en la edición de Soriano se trata de una melodía sin bajo y, además, con algunas variantes notables respecto a la versión publicada en el Teatro Lírico. Veamos una transcripción confrontada de ambas melodías. Señalo en rojo los momentos en que Pedrell se separa de Soriano. Soriano_Pedrell_Zarambeque_color_+

 El lector puede también comparar de oído las diferencias entre una y otra versiones.

 El Zarambeque

Soriano  ———— Pedrell

Dejando a un lado, de momento, la poca o mucha importancia que queramos conceder a estos cambios, hay que subrayar sobre todo el hecho mismo de su introducción por el editor sin aviso o comentario sobre ellos. Según todos los indicios, la información de Pedrell solo proviene de la Historia de Soriano; por tanto, los cambios que realiza en su edición están basados exclusivamente en su criterio u opinión, no en documento alguno. Si a esto sumamos el añadido de la línea del bajo, tenemos como resultado una obra de la que Pedrell es, por lo menos, coautor. La carencia de explicaciones al respecto hace que el lector que busca información precisa se sienta un poco engañado.

Mitelli,_1686_sonatori-sconcertati

(Continuará)





9 Comentarios »

  1. Es muy probable que la partitura que recoge Pedrell la tomara de la Historia de la Música Española de Mariano Soriano Fuertes (Madrid, 1857, tomo III, láminas con ejemplos musicales, nº 7, pág. 14), que recoge la misma melodía (a una sola voz) con el siguiente encabezado y comentario a pie de página:

    «El Zaranbeque

    Cantado y bailado en la Loa de la comedia Las Amazonas, Estrenada en Madrid en 7 de Febrero de 1655»

    «Este Zaranbeque se halla en una coleccion de bailes antiguos que conservamos del P. Falguera Organista que fué del convento de Cerónimos (sic) de la ciudad de Murcia, la cual hizo para probar la afinidad de dichos bailes con el Aguinaldo que de muy remotos tiempos se canta en dicha ciudad».

    Comentario por José F. Ortega — 7 de marzo de 2014 @ 12:47

  2. Gracias, José. Ciertamente por ahí va la cosa. Es más que probable, más bien es seguro que Pedrell tomara el Zarambeque de la Historia de Soriano Fuertes. Pero con eso no se resuelve el asunto, porque entre las versiones de uno y otro hay notables diferencias. Seguiremos todavía un poco más.

    Comentario por Pepe Rey — 7 de marzo de 2014 @ 23:23

  3. Yo no he podido consultar esta publicación del Manuscrito Novena que contiene la música de Las Amazonas y no sé si aporta alguna luz sobre este Zarambeque…
    http://www.ars-antiqva.com/contents/es/p13704_Manuscrito_Novena_Calderon_de_la_Barca.html

    Comentario por Bernardo Sáez — 9 de agosto de 2015 @ 16:28

  4. Gracias por este documentado trabajo.
    Respecto al bajo añadido por Pedrell, según mi modesta opinión, un error de bulto es considerar el principio de este zarambeque (compases 1-8 del original, no el de Pedrell) y su repetición al final, como con armonía subyacente de Do mayor.
    Para mí es La menor y a partir del compás 8 cambia a Do mayor, al igual que lo hacen con más o menos incidencia el fandango barroco, la folía, etc. Y que quedó institucionalizado en la familia de los fandangos «teatrales» sobre el s. XIX.
    Un saludo.

    Comentario por Domingo Palacio — 7 de junio de 2016 @ 19:17

  5. Gracias por tu opinión, Domingo. Es posible que vayas bastante bien encaminado. Mi opinión, sin embargo, es algo distinta: la armonía subyacente a esa melodía del Zarambeque sigue un esquema muy habitual durante los siglos XVI y XVII no solo en España, sino en toda Europa. Pero lo importante en esta entrada (todavía sin cerrar) era estudiar un caso de manipulación y tergiversación de las fuentes por el musicólogo de turno. No se trata de un simple error de interpretación -algo que todo el mundo puede cometer- sino de una ocultación calculada del original para que no pueda detectarse la transformación ejecutada. Se puede comprobar que el «truco» de Pedrell funcionó durante un siglo, porque los estudiosos «críticos» posteriores no lo detectaron y algunos intérpretes caímos en el engaño.

    Comentario por Pepe Rey — 8 de junio de 2016 @ 08:15

  6. Amigo Pepe, respeto tu opinión, como especialista que eres, pero yo sigo con mi hipótesis. En realidad, lo que hace falta es localizar la fuente original de la pieza y ver si tiene bajo, o armonía, o tablatura, o lo que sea. Confieso que no sé si está ya localizada, pues el asunto me pilla al margen de mis batallas musicológicas. Agradeceré a cualquier compañero/ra algún apunte al respecto. Saludos.

    Comentario por Domingo Palacio — 11 de junio de 2016 @ 19:22

  7. He consultado con varios colegas y ninguno tiene noticia sobre ese manuscrito. Solo queda esperar que no haya sido destruido y aparezca donde menos se piensa.

    Comentario por Pepe Rey — 13 de junio de 2016 @ 09:08

  8. Qué apasionante. No me querría perder la continuación. ¿Sabes algo de la Zamacueca de Los hijos del Capitán Grant?

    Comentario por Ana Alberdi — 29 de abril de 2017 @ 11:28

  9. Como habrás entendido, he querido decir minueto, no minuto ¡Dichoso «corrector» de texto!

    Comentario por Domingo Palacio — 19 de febrero de 2019 @ 20:31

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