El jesuita italiano Silvestre Pietrasanta publicó en Amberes, 1634, un interesante tratado de emblemática titulado De symbolis heroicis:
En la página 435 del mismo incluyó el emblema o empresa copiado más arriba, que lleva el lema Meliora sequentur y un comentario en latín que podría traducirse así: «Una esponja empapada de humedad y borrando las notas musicales escritas en un pergamino, con este epígrafe: Seguirán cosas mejores. Presenta el consejo de un autor que en este gráfico quiso señalar que con el magisterio y la censura de la Academia conseguiría que la vida fuese acorde con la virtud y las costumbres moderadas.»
Pietrasanta recoge en esta parte de su tratado las empresas inventadas por los miembros de una famosa institución romana, la Accademia degli Umoristi. Fundada el 7 de febrero de 1600 -razón por la que hoy aparece esta entrada en Veterodoxia– con el nombre de Accademia dei Begli Umori, fue durante todo el siglo XVII el centro de reunión de los más importantes literatos residentes en Roma. El emblema que presidía a la propia academia dejaba bien a las claras cuál era el tipo de humorismo que reunía a sus miembros, aunque fue objeto de debate hasta que Girolamo Aleandro zanjó la cuestión en un erudito discurso que no dejaba lugar a dudas:
El humor que cultivan estos académicos procede metafóricamente de la humedad, del agua. El motto de su empresa informa del sentido: Redit agmine dulci, «Vuelve de la batalla con dulzura». El agua del mar es salada y amarga, pero tras evaporarse y formar las nubes vuelve a su lugar de origen en forma de agua dulce. La tarea de la academia es, pues, extraer las enseñanzas de la experiencia de la vida para elaborar obras de arte agradables y beneficiosas.
Los académicos humoristas tenían la obligación de inventar una empresa personal que tuviera relación con el agua o la humedad. No se sabe -o al menos yo lo desconozco- quién fue el académico que ideó la curiosa empresa de la esponja que borra la música, pero no se le puede negar ingenio. El mote Meliora sequentur procede de una expresión de Virgilio, Forsan miseros meliora sequentur (Eneida, XII-153), y recuerda otros lemas utilizados en emblemática e, incluso, en heráldica, como In dies meliora (Alciato, 45), Meliora speranda, Meliora spero sequorque, Moniti meliora sequamur, etc.
La explicación que da Silvestre Pietrasanta de la curiosa empresa resulta poco convincente. El gesto de la esponja borrando del pergamino la música escrita con la seguridad de que lo que se escriba después en el pentagrama será mejor que lo que había nos remite a una optimista idea del progreso tanto en el arte como en la vida. De cualquier forma, Veterodoxia ha querido traer aquí esta empresa como una rara imagen de silencio musical: entre una música vieja y otra mejor que, sin duda, llegará tras ella, hay un momento de y para el silencio. Igual que en el ciclo vital la muerte es necesaria para que sobre sus restos aparezca la nueva vida, en el devenir musical el silencio borra el pasado y permite que se escriban músicas mejores.