Veterodoxia – Pepe Rey

La Muerte toca para todos

Israfil, el mensajero

Venía el ángel [Israfil] a recibir las almas con estruendo y viniendo a recibir la del santo profeta Muça [= Moisés] –engrandezca nuestro señor su perfección– se defendía de él y le sacó un ojo y el ángel fue a nuestro señor y le dijo: “Señor Dios y mi criador, tu criatura Muça me sacó un ojo y, si no mirara la honra que le haces y lo que lo quieres, hubiera reventádolo sobre él”. Díjole nuestro señor: “Anda y dile a mi criatura que ponga la mano encima de un pellejo de un buey, que por cada pelo que coja debajo de su mano tiene un año de vida”. Vino el ángel y se lo dijo y respondió el profeta Muça –engrandezca nuestro señor su perfección–: “Y después de este vivir, ¿qué hay?”. Díjole: “La muerte”. Dijo: “Pues más la quiero agora”. Y oliendo una manzana se le salió el alma y le volvió nuestro señor al ángel su ojo y desde entonces viene a recibir las almas con silencio.

El manuscrito morisco 9653 de la Biblioteca Nacional de Madrid,
ed. de Rihda Mami. Madrid, Fundación Ramón Menéndez Pidal, 2002, p. 294.
(Actualización ortográfica de P. R.)


Representaciones del ángel Israfil en manuscritos islámicos medievales

Responsorio ‘Credo quod redemptor meus vivit’, del Oficio de difuntos

La danza de la Muerte

Muerte: alegoría musical





Veterodoxia - Pepe rey | Desarrollo web: Montera34 GC: WordPress